En los últimos años, la sequía ha sido una preocupación constante para los agricultores argentinos. A medida que las temperaturas aumentan y las precipitaciones disminuyen, las cosechas sufren graves consecuencias. La sequía afecta a toda la cadena productiva, desde la siembra hasta la comercialización, pasando por el transporte y el almacenamiento.
La sequía y algunos números importantes
La campaña agrícola 2022/23 fue catastrófica. La cosecha de trigo, la primera del ciclo, finalizó en 12,4 millones de toneladas, casi un 45% menos que lo obtenido en la 2021/22, mientras que en los cultivos de verano se estima que la trilla de soja culmine en 25 millones de toneladas, la peor en más de dos décadas, y la de maíz en 36 millones de toneladas, 16 millones menos que el ciclo anterior.
Contabilizando solo los principales granos, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) estimó que se perderán 46 millones de toneladas respecto a la campaña previa y que las mermas en la exportación alcanzarán los USD 20.811 millones.
Principalmente, la sequía afectará a tres actividades
- Acopio. Los acopios tienen un gran número de gastos fijos que no se modifican según el nivel de actividad que tengan por lo que cualquier merma en los volúmenes de cosecha se traduce en una menor cantidad en los silos. Otro problema que los acopios deberán enfrentar son los posibles incumplimientos de los productores en cuanto a los canjes de insumos por producción.
- Máquinas agrícolas. Por supuesto que una menor cosecha, redunda en una caída en los ingresos de los productores y en la disponibilidad de dinero para realizar nuevas inversiones, como puede ser la compra de maquinaria agrícola. La venta de las máquinas podría caer entre un 40% y un 50% en este año.
- Transportistas. El transportista de granos está “esperando la cosecha todo el año”, por lo cual considera la situación del sector como “muy difícil”, sumado a la denuncia de que los dadores de carga no acatan las tarifas establecidas hace solo algunas semanas del 22%.
Otras Actividades relacionadas que se verán afectadas
Según un trabajo del consultor Ernesto Ambrosetti, la sequía producirá caída en las ventas de fertilizantes, agroquímicos, maquinaria agrícola y sus repuestos, productos veterinarios, postes, alambrados, molinos, combustibles, lubricantes, y diversos servicios, entre muchos otros y que “el efecto multiplicador y el dinamismo económico que genera el agro en todos los pueblos y ciudades del interior, se verá fuertemente deteriorado”.
Por citar algunas actividades, Ambrosetti aseguró que en el sector transportista las mermas estimadas en el volumen de granos se traducirán en 1,7 millones menos de viajes de camión, unos USD 1.300 millones que no ingresarán a los transportistas e implicarán menor demanda de combustibles, neumáticos, lubricantes, repuestos y servicios en las rutas.
Ambrosetti indicó que el aumento de la capacidad ociosa en las industrias, “pone en riesgo más de 255.000 puestos de trabajo” y que las empresas que producen aceites, harinas, pellets y biocombustibles, jugos, fibras, infusiones, azúcar, vinos, papel, entre muchos otros productos y derivados, “tendrán capacidad ociosa muy elevada; los puertos tendrán menos actividad y así sucesivamente todos los eslabones de las cadenas agroindustrial”.
En conclusión, la sequía es un problema importante para el campo argentino. Los agricultores deben tomar medidas para mitigar sus efectos a futuro, como la implementación de técnicas de riego eficientes, la diversificación de cultivos, la optimización de los procesos con Inteligencia artificial y toda la cadena de abastecimiento. También será importante que el gobierno proporcione apoyo y recursos para ayudar a los productores a enfrentar la sequía y sus consecuencias económicas.
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Fuente: Infobae